BYD rechaza las afirmaciones de la UE de que los subsidios ayudan a reducir el precio de los automóviles fabricados en China

BYD ha rechazado las acusaciones de la Unión Europea (UE) de que el éxito de las compañías automotrices chinas se debió a la ayuda estatal, mientras Bruselas sigue adelante con una investigación sobre si los subsidios locales estaban ayudando a los autos eléctricos fabricados en China a debilitar los modelos fabricados en Europa.

“Nuestro éxito no se debe al subsidio, sino a que tenemos una tecnología única (...) y que nuestra eficiencia de gestión es alta”, dijo Michael Shu, presidente europeo de BYD, uno de los principales grupos automotrices de China. 

“Es porque invertimos en esta tecnología mucho antes y mucho más que la competencia. No es por la subvención”, añadió en el primer comentario público de la empresa sobre la investigación iniciada el año pasado. 

Se espera que la investigación de la Comisión Europea sobre la competitividad china en el mercado de vehículos eléctricos conduzca a aranceles más altos. El embajador de China en Europa calificó anteriormente la medida de “injusta”. 

Los subsidios de fabricación que el fabricante de automóviles recibe de China son "muy limitados", dijo Shu al Financial Times en una entrevista en el Salón del Automóvil de Ginebra.

Fabricantes de automóviles como Renault y Stellantis han advertido que una ola de modelos chinos más baratos debilitará los producidos por empresas europeas. Pero Shu dijo sobre la industria establecida que “temen no poder ofrecer un precio competitivo". 

BYD, que cuenta con el respaldo de Warren Buffett, ha lanzado tres modelos en toda Europa y está ampliando su gama y los países de ventas. Shu dijo anteriormente que la compañía aspiraba a ser uno de los principales vendedores de vehículos eléctricos en la región para 2030. 

Dijo que el costo de la empresa estaba "bajando" a medida que producía más automóviles. La empresa también ha lanzado su propio barco para transportar vehículos desde China a Europa, lo que reduce aún más los costes, añadió. 

Aunque cualquier aumento de aranceles puede afectar la velocidad de su implementación, “estamos haciendo algunos preparativos (...) Haremos todo lo posible para estabilizar el precio de venta de los productos en el mercado”, afirmó. Mantener los precios estables “es muy importante para la relación a largo plazo con los clientes y la imagen de marca”.

De hecho, unos aranceles más altos pueden llevar al fabricante de automóviles a aumentar la capacidad prevista de la nueva fábrica de vehículos eléctricos que está construyendo en Hungría, para reducir el número de coches importados, añadió. 

BYD espera comenzar a producir automóviles en la planta antes de finales del próximo año, a pesar de haber anunciado el proyecto recién en diciembre, un ritmo increíblemente rápido para una industria donde las fábricas pueden tardar cuatro o más años en completarse. 

Shu dijo que la planta húngara planeaba producir al menos 150.000 automóviles al año, un nivel mínimo para las fábricas de automóviles estándar. "Todavía estamos discutiendo qué tan rápido podemos ir y cuántos coches podemos vender”, pero tienen que ser al menos 150.000 "de lo contrario, el coste será demasiado alto".

BYD aún no ha revelado cifras de inversión porque todavía está en negociaciones con la UE sobre el apoyo financiero para el proyecto, dijo. 

El grupo ya gestiona una fábrica de baterías en el país y eligió el emplazamiento de la fábrica en Szeged porque está cerca de la universidad que la empresa considera un posible lugar de contratación. 

La compañía también lanzó su propio barco de transporte para enviar vehículos desde China, una primicia en la industria. La medida reduce sus emisiones mediante el uso de combustible más ecológico y reduce los costos de transporte de la compañía en comparación con la subcontratación de sus envíos a otras compañías, dijo Shu. 

"La capacidad de envío es un cuello de botella importante", dijo, y agregó que el nuevo barco podría navegar según la "planificación de BYD" en lugar de dejar automóviles en el puerto esperando un barco, lo cual era costoso.